En estos castillos ingleses se vive como en ‘Downton Abbey’ (y se pueden visitar)

Experiencias 

Visitar casas aristocráticas es uno de los pasatiempos de los ingleses, en un país donde las mansiones de duques, barones y ladies abren al público desde hace décadas

Los honorables Howard gestionan el imponente castillo que lleva su nombre

Los honorables Nicholas y Victoria Howard, gestionan la imponente Castle Howard, la mansión
familiar ubicada en el condado de Yorkshire que tardó en un siglo en construirse 

Adam W

Chatsworth, la vivienda ancestral de los duques de Devonshire. El castillo de Howard, la extravagante mansión barroca en Yorkshire de la familia Howard. El palacio de Blenheim, el Versalles de Inglaterra, donde nació Churchill. El castillo Highclere, escenario de la serie Downton Abbey. Las cuatro son ejemplos de la grandiosidad de las stately homes; las casas solariegas inglesas que hoy (previo pago, naturalmente), están abiertas al público.

Aunque todos son bienvenidos, los propietarios de estas residencias no permitieron el acceso a la plebe por gusto. Como apunta el escritor Adrian Tinniswood en su libro Noble Ambitions, dedicado al auge y caída de la casa solariega inglesa, antes de la Guerra Mundial: “La idea de abrir una gran mansión para una razón que no fuera una fiesta de caridad, parecía distintivamente vulgar”. Pero, a mediados del siglo pasado las circunstancias cambiaron: la agricultura ya no daba los réditos de antaño, los impuestos subían, el servicio cada vez estaba más caro y los gastos de mantenimiento seguían siendo estratosféricos.

La duquesa de Devonshire, apasionada de las gallinas, dedicó su vida a la casa ancestral de su familia política, los Chatsworth

Deborah, la duquesa de Devonshire, apasionada de las gallinas, dedicó su vida a la casa ancestral de su familia política, Chatsworth

Harry Borden

Porque estas casas tienen docenas de dormitorios, un abanico de salones, bibliotecas, galerías, pasillos interminables, salas de baile, de música y de juegos, nurseries y zonas de servicio. Sin olvidar los imprescindibles jardines. Todo ello implica mucha plata que pulir, infinidad de arañas por limpiar, kilómetros de setos por recortar y centenares de parterres que atender. Además del mantenimiento de las obras de arte adquiridas compulsivamente por los ancestros.

La escala es tal que, en la década de los cincuenta del siglo pasado, muchos demolieron sus mansiones o las donaron al estado, que las gestiona a través del National Trust. Otros, sin embargo, optaron por resistir en sus casas con más de cien habitaciones, atendidos por un nutrido servicio.

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El permitir el acceso a este estilo de vida a cambio de una entrada fue una de las estrategias más habituales para seguir adelante. Así lo hicieron los duques de Devonshire cuando abrieron al público su impresionante casa ancestral, Chatsworth, en el condado de Derbyshire. Hoy se pueden visitar 25 de las estancias, además del jardín, diseñado por Lancelot Capability Brown: el paisajista estrella del siglo XVIII. Sus más de veinte hectáreas están jalonadas de lagos, fuentes, cascadas e invernaderos atiborrados de camelias.

En Chatsworth, las esculturas clásicas y las obras de Rembrandt, Reynolds —y un Velázquez de autoría discutida—, se mezclan con cuadros de Lucian Freud, gran amigo de la onceava duquesa, Deborah, la pequeña de las hermanas Mitford. Debo se convirtió en duquesa en 1950 y, como sigue ocurriendo hoy, le tocó lidiar con la gestión de la casa ancestral que heredó su marido por ser el varón. 

El interior del castillo de Highclere, lugar donde se rodó Downtown Abbey

Colin, el mayordomo arregla las flores en Highclere Castle, la mansión de la familia Carnarvon, descendientes del descubridor de la tumba de Tutankamón. Aquí se rodó'Downton Abbey'

Matthew Lloyd

Fue una tarea monumental, cuyos retos, como explicó en sus memorias, se compensaban con los “pequeños placeres diarios” de Chatsworth, como convivir con las obras de los grandes maestros: “Contemplar el Velázquez de mi salón privado me era de gran ayuda cuando tenía que hacer algo difícil”, escribió. Fallecida en 2014, convirtió Chatsworth en un negocio autosuficiente e hizo famosas a sus gallinas, por las que sentía devoción.

No lo pasó tan bien otra duquesa, la heredera americana Consuelo Vanderbilt, que se esposó con el noveno duque de Marlborough en 1895. Aquel matrimonio concertado implicó su traslado desde Nueva York hasta Oxfordshire. Allí se ubica el palacio de Blenheim, que fue su hogar hasta su separación del duque y al que dedicó ingentes recursos para hacerlo algo confortable. Y es que, aunque tiene 187 estancias, Consuelo escribió en sus memorias lo sorprendente que era: “Que una casa tan gigantesca como Blenheim no tuviera una habitación habitable”. 

El palacio de Blenheim fue el lugar donde nació Winston Churchill

El palacio, que empezó a construirse a principios del siglo XVIII, fue la recompensa que la reina Ana de Inglaterra le dio al general John Churchill, primer duque de Marlborough (el Mambrú de la canción) tras ganar la batalla de Blenheim, en 1704. Hoy es Patrimonio de la Unesco, además de un testimonio de la vanidad del primer duque, cuya persona y gesta militar dominan aún la atmósfera del palacio en el que nació Winston Churchill.

Blenheim, con otro espléndido parque diseñado por Capability Brown, fue diseñada por John Vanbrugh, exponente del barroco inglés. El arquitecto fue autor de otra residencia imponente, el castillo de Howard, en Yorkshire. Allí vive desde hace varias generaciones la familia Howard, guardianes de una casa con 145 habitaciones, que ha sido escenario de series como Retorno a Brideshead. 

El palacio de Blenheim fue la recompensa que la reina Ana de Inlgaterra le dio al general John Churchill

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James Hudson

En los últimos años, Castle Howard ha vivido su propia telenovela, tras una batalla familiar entre dos de los hermanos por la gestión de la mansión, los cinco pueblos y las catorces granjas que comprenden la propiedad. En la actualidad son Nicholas Howard y su esposa, Victoria, quienes custodian el legado. Como en tantas otras casas señoriales que pueden visitarse, aquí hay parkings, cafeterías, un garden y tiendas de souvenirs, además de eventos especiales, como la decoración navideña.

La competencia entre las casas ancestrales es feroz, por lo que la creatividad es básica. En este último campo destaca lady Carnarvon, segunda esposa de lord Carnarvon, propietario del castillo Highclere  La edificación, en el condado de Berkshire, ha experimentado varios cambios en su fisionomía hasta ser descrito como “una mansión de campo victoriana de estilo Isabelino”, en una finca de dos mil hectáreas. Por supuesto, también cuenta con un parque firmado por Capability Brown y ha sido escenario de la serie Downton Abbey.

El dormitorio de Estado de Chatsworth, reservado para las visitas reales, esta decorado con imágenes mitológicas

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INDIA HOBSON/HAARKON

Pero la verdadera fuerza detrás de las actividades que allí se ofrecen es lady Carnarvon. Ella es la artífice de eventos que incluyen fines de semana temáticos, además de visitas guiadas como De Downton Abbey a Tutankhamon (no en vano la familia financió la expedición que descubrió la famosa tumba). Lady Carnarvon es también autora de varios libros y tiene un podcast donde comparte sus vicisitudes como chatelaine. Su programa Friends of Highclere ofrece, con previa suscripción de 150 libras anuales, acceso prioritario a la casa y una invitación a tomar el té con la mismísima lady.

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